INSECTOS Y ALGAS PARA GARANTIZAR EL ABASTECIMIENTO
20/03/2022
La situación actual del mundo está suponiendo un toque de atención para Europa, un continente en el que se pensaba que el desabastecimiento o los refugiados eran cosa del siglo pasado. La guerra en Ucrania deja claro que nada es seguro y los precios de los carburantes y algunas materias primas agrícolas son un buen reflejo de ello. Se ha comprobado que la falta de algunos alimentos sigue siendo un potencial problema si se dan las circunstancias adecuadas.
Por otra parte, desde hace décadas se está comprobando cómo las técnicas de intensificación de la producción agroalimentaria para poder atender la demanda mundial «han dañado gravemente el medio ambiente», según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a través de los pesticidas, la deforestación o el agotamiento de los recursos hídricos. Por eso la FAO ha publicado un informe llamado «Pensar en el futuro de la seguridad alimentaria» en el que se insta a que los países planteen alternativas que permitan el abastecimiento de comida saludable, pero respetando el medio ambiente, una coyuntura a la que quieren dar respuesta las nuevas tecnologías y alimentos alternativos, que tras su creciente uso deben ser estudiados y regulados con protocolos.
Entre esas alternativas se encuentra el cultivo y consumo de algas, medusas e insectos comestibles. Se trata de una tendencia al alza que está ganando interés por su «valor nutricional y sostenibilidad», además de los costes reducidos de producción, ya que por ejemplo, las algas no necesitan de fertilizantes o el cultivo de insectos no produce gases invernadero. En cualquier caso y como ocurre con cualquier producción agroalimentaria, varios estudios científicos han demostrado que si no se cultivan y se conservan en entornos regulados, estos alimentos, que ya se consumen habitualmente en regiones como Asia y África, pueden ser perjudiciales para la salud por contener bacterias o metales pesados.
Más información y fuente: La tribuna de Ciudad Real