FRAUDES ALIMENTARIOS: POR QUÉ SUCEDEN CON TANTA FRECUENCIA A PESAR DE LOS CONTROLES
07/02/2020
Con bastante frecuencia, solemos recibir noticias a través de los medios de comunicación relacionadas con distintos fraudes alimentarios.
Estos fraudes no necesariamente tienen que poner en riesgo la salud del consumidor, sin embargo constituyen un engaño que las autoridades sanitarias competentes no pueden dejar pasar bajo ningún concepto.
En el post de hoy te contamos en detalle qué es exactamente un fraude alimentario y si realmente suceden con tanta frecuencia como solemos creer.
Qué entendemos por fraude alimentario
Al escuchar la palabra 'fraude', seguramente no tengamos problemas para entender su significado y extrapolarlo al mundo de la alimentación.
Un fraude constituye un engaño o una adulteración del alimento que modifica su naturaleza esperada, de forma que puede dar lugar a una pérdida de la calidad entendida en sus múltiples acepciones: organoléptica, nutricional, de seguridad, o incluso a nivel económico.
Antiguamente, era bastante habitual mezclar la leche con agua, para así abaratar el coste y conseguir mayores beneficios. Esta práctica actualmente está prohibida por la legislación, y en efecto constituye un fraude alimentario en toda regla. Sin embargo, en sí mismo no supone un problema para la salud —siempre y cuando consideremos que el agua utilizada es potable, por supuesto—.
La mayoría de fraudes alimentarios que conocemos en la actualidad se basan en un engaño relacionado con el ahorro de costes económicos, como por ejemplo la sustitución de una especie animal o ingrediente por otro mucho más barato o que directamente no está declarado en el etiquetado.
Más información y fuente: Vitonica